sábado, 27 de septiembre de 2025
Biografía de la Paleontologia
domingo, 14 de septiembre de 2025
Los hilos ocultos de la vida en las arqueas asgardianas
miércoles, 10 de septiembre de 2025
Identifiicado posible biomarcador para COVID persistente
lunes, 8 de septiembre de 2025
Hominidos - Australopithecus bahrelghazali
viernes, 5 de septiembre de 2025
El "Príncipe Dragón" que cambió la historia de los tiranosaurios
En junio de 2025, un grupo de paleontólogos anunció la revista Nature el descubrimiento de una nueva especie de dinosaurio carnívoro: Khankhuuluu mongoliensis. Curiosamente, este hallazgo no provino de una nueva excavación, sino de un estudio minucioso de huesos que llevaban más de cuarenta años guardados en el Instituto de Paleontología de Mongolia. Los restos habían sido encontrados en los años 70 en el desierto de Gobi, pero no se habían analizado en detalle. Fue el investigador Jared Voris, de la Universidad de Calgary, quien en 2023 se dio cuenta de que los huesos pertenecían a una especie distinta de la que se creía, y no a Alectrosaurus.
Un tiranosaurio pequeño con gran importancia
El nombre Khankhuuluu significa "príncipe dragón" en mongol. Este dinosaurio vivió hace unos 86 millones de años, en la etapa del Cretácico Superior, mucho antes que Tyrannosaurus rex. Aunque era mucho más pequeño que T. rex, con unos 4 metros de largo y un peso de alrededor de 750 kilogramos, que es similar a un caballo de carga, su importancia es enorme: se le considera el pariente más cercano al famoso depredador de Norteamérica.
Khankhuuluu tiene características únicas que lo colocan en un punto medio entre los primeros tiranosaurios y los gigantes posteriores. Su cabeza era alargada y relativamente baja, con dientes afilados como cuchillas, perfectos para cortar carne, pero no para triturar huesos. Detalles como sus órbitas oculares redondeadas y pequeñas cavidades en los huesos de la nariz lo diferencian de otros dinosaurios de su grupo, confirmando que se trata de una nueva especie. Esto nos ayuda a entender cómo se diversificaron los tiranosaurios.
Un cazador ágil y las migraciones
A diferencia de T. rex, que dominaba su entorno, se cree que el Khankhuuluu era un cazador ágil de tamaño mediano que se alimentaba de presas más pequeñas y rápidas. Probablemente usaba emboscadas o persecuciones cortas en lugar de una mordida poderosa. Este descubrimiento también ha cambiado lo que sabíamos sobre las migraciones de los tiranosaurios. Los científicos sugieren que el Khankhuuluu, o un pariente cercano, migró desde Asia a Norteamérica hace unos 85 millones de años. En América, este linaje evolucionó para volverse más grande y fuerte, dando origen a los ancestros de T. rex. Esto muestra que la evolución de los tiranosaurios no fue un proceso simple y local, sino que hubo múltiples migraciones entre continentes.
El hallazgo del "príncipe dragón" nos recuerda la importancia de las colecciones de los museos. Los fósiles estuvieron guardados durante décadas, y solo un análisis reciente y detallado reveló su importancia. Esto demuestra que los museos no son solo depósitos de huesos antiguos, sino archivos valiosos de la historia de la vida. A veces, los descubrimientos más importantes están esperando a ser redescubiertos en sus estantes.
Khankhuuluu mongoliensis no solo es una nueva especie de dinosaurio, sino que también nos obliga a reescribir la historia evolutiva de los tiranosaurios. Su hallazgo muestra cómo estos depredadores pasaron de ser cazadores ágiles de tamaño mediano a convertirse en los gigantes que conocemos. El descubrimiento nos enseña que la evolución no fue un camino recto hacia el gigantismo, sino una historia de adaptaciones y dispersión por el mundo. El “príncipe dragón de Mongolia” nos recuerda que todavía hay muchos secretos por descubrir, y que las respuestas pueden estar en un museo, esperando ser vistas con nuevos ojos.
Fuente:
https://doi.org/10.1038/s41586-025-08964-6
Para leer más:
https://www.nationalgeographicla.com/ciencia/2025/07/impactante-hallazgo-en-mongolia-el-dinosaurio-que-revela-los-origenes-del-t-rex
https://www.sci.news/paleontology/khankhuuluu-mongoliensis-13982.html
jueves, 4 de septiembre de 2025
Hipócrates y el juramento que sobrevivio milenios
Juramento Hipocrático en griego antiguo
Ὅρκον Ἱπποκράτους
Ἱερὰν ὑπόσχεσιν ἀποτίθεμαι Ἀπόλλωνι ἰατρῷ, Ἀσκληπιῷ, Ὑγιείᾳ καὶ Πανάκειᾳ, καὶ θεοῖς καὶ θεαῖς πᾶσιν ἐπικαλοῦμαι ἐπίκληρον:
Ἐν πρώτοις διδασκάλῳ ὑμῖν, ὡς πατρί, τὴν τέχνην ἐπιστήσομαι καὶ μαθητὰς ἐξεπαιδεύσω ἀνεξαρτήτως μισθοῦ.
Ἐφ᾽ ὠφελείᾳ τῶν ἀσθενούντων ἐφαρμόσω τὰς θεραπείες κατὰ δύναμιν καὶ κρίσιν· καὶ κακόν τε καὶ ἀδίκημα ἀποφεύξομαι.
Οὐ δηλητήριον δώσω οὐδενὶ, οὐδὲ αἰμορραγίαν ἐπιφέρω· οὐ μὴ ἀμβλώσω γυναῖκα.
Τὰ δὲ ἰατρικὰ μυστήρια οὐκ ἐξευρῶ οὐδὲ ἀποκαλύψω.
- Considerar a quien me enseñó este arte como a mis padres, compartir mis conocimientos con mis discípulos sin retribución y enseñarles este arte.
- Aplicar los regímenes para el beneficio de los enfermos según mi capacidad y juicio; evitar todo mal y toda injusticia.
- No administrar veneno a nadie, ni sugerirlo; no inducir a una mujer al aborto.
- Mantener mi vida y mi arte sin corrupción; no practicar la eutanasia.
- Mantener en secreto todo lo que vea o escuche en la práctica médica, considerando todo esto confidencial.”
- Otorgaré a mis maestros y colegas el respeto que merecen y compartiré mis conocimientos con generosidad.
- Practicaré mi arte con conciencia y dignidad, y ante todo, no causaré daño intencionadamente.
- Mantendré respeto por la autonomía del paciente y protegeré su confidencialidad.
- Respetaré los secretos de aquellos que confían en mí, y haré todo lo posible para aliviar el sufrimiento.
- Reconozco los límites de mis conocimientos y me comprometo a actualizarlos constantemente, procurando siempre el bienestar de los enfermos y el progreso de la ciencia médica.”
Sound Of Freedom - Cinematic
Ryan Rad - Ancient Greek Lyre - Oracles of the Pythia
miércoles, 3 de septiembre de 2025
El Misterio de los Denisovanos. ¿quienes eran los denisovanos y por qué sabemos tan poco de ellos?
Para enfrentar este desafío, un grupo de investigadores encabezados por Nadav Mishol, del Departamento de Genética Molecular del Instituto de Ciencias Weizmann en Israel, adoptó un enfoque innovador que se aleja de la paleontología tradicional. En lugar de comenzar con los huesos para luego tratar de identificar a quién pertenecían, ellos decidieron hacer lo contrario: partieron del ADN para predecir cómo se veían. Para ello, desarrollaron una técnica, a la que llamaron "fenotipado de la regulación de genes". En términos sencillos, lo que hicieron fue identificar los cambios en el ADN de los denisovanos que probablemente alteraron la forma de sus huesos.
Parten de la analogía de que el ADN se puede entender como un manual de instrucciones para construir el cuerpo; los investigadores se enfocaron en los pequeños cambios que se pueden encontrar en ese manual que podrían haber hecho que, por ejemplo, los huesos de la cara o el cráneo se desarrollaran de una manera particular. Con esta información genética, los científicos crearon un "perfil" o una especie de "identikit" de la morfología esperada para el cráneo de un denisovano. Este perfil es esencialmente una lista de 18 características esqueléticas que, según sus predicciones, eran únicas o muy distintivas de los denisovanos. Este perfil es esencialmente una lista de predicciones genéticas sobre cómo se vería su anatomía.
Una vez que tenían este perfil, el siguiente paso fue la "búsqueda". Escanearon así el registro de fósiles del Pleistoceno Medio, es decir entre unos 781.000 y 126.000 años atrás, analizando cuidadosamente los cráneos y mandíbulas que se conocen de diferentes partes del mundo, incluyendo Europa, Asia y África. Su objetivo era encontrar cuál de estos fósiles tenía la mayor cantidad de características que coincidieran con el perfil que habían predicho. Para esto, no solo contaron las coincidencias, sino que desarrollaron una medida cuantitativa para evaluar el grado de afinidad de cada fósil con el perfil denisovano. De esta forma, pudieron determinar cuáles eran los "candidatos" más probables para ser fósiles de denisovanos o, al menos, estar estrechamente relacionados con ellos.
Los autores del artículo descubrieron que dos cráneos en particular, encontrados en Asia Oriental, mostraban una afinidad excepcional con su perfil predicho: el cráneo de Harbin y el cráneo de Dali. El nivel de coincidencia fue extraordinariamente alto. De las 18 características que el perfil denisovano predijo para el cráneo, el de Harbin coincidió en 16 de ellas, mientras que el de Dali mostró una concordancia de 15 de las 18. Para poner esto en perspectiva, esta afinidad fue significativamente más alta que la de cualquier otro espécimen de esa misma época que examinaron, incluyendo a los neandertales, que son nuestros parientes más cercanos.
Pero los hallazgos no se detuvieron en Asia. El estudio también reveló que el espécimen Kabwe 1, o Broken Hill 1 un cráneo encontrado en África, también mostraba una fuerte afinidad con el perfil denisovano, aunque en un grado menor que Harbin y Dali. Este es un hallazgo muy importante porque sugiere que los denisovanos, o al menos las características morfológicas que los definían, podrían haber tenido una distribución geográfica mucho más amplia de lo que se pensaba, extendiéndose incluso hasta África. Los autores se aseguraron de que sus resultados fueran sólidos y no una coincidencia. Realizaron pruebas adicionales para demostrar que la alta concordancia no se debía simplemente a que los cráneos tuvieran un tamaño similar, sino a las formas y características específicas de sus huesos. Esto confirma que el parecido es genuino y se basa simplemente en la morfología.
Después de haber revelado que los cráneos de Harbin y Dali son los principales candidatos para ser fósiles de denisovanos, los autores del artículo se centran en las implicaciones de estos hallazgos para la ciencia. La conclusión más importante es que este estudio proporciona una nueva manera de identificar a nuestros parientes extintos, incluso cuando no se puede obtener ADN directamente de los huesos. Es como si hubieran creado una nueva "herramienta" para los paleoantropólogos. Los autores argumentan que la alta afinidad que encontraron entre el perfil denisovano y los cráneos de Harbin y Dali no es una coincidencia. Estos cráneos habían sido previamente clasificados de diferentes maneras, a menudo como formas arcaicas de Homo sapiens o como una especie separada.
El estudio sugiere que, en realidad, podrían ser parte del linaje denisovano. Esto significa que debemos reconsiderar la forma en que clasificamos y entendemos a estos fósiles. Además, el hallazgo de que el cráneo de Broken Hill 1 de África también tiene una afinidad, aunque menor, con el perfil denisovano es especialmente intrigante. Este resultado abre la posibilidad de que el linaje denisovano no estuviera limitado a Asia, como se pensaba, sino que podría haber tenido una presencia en África, o que las características que definen a los denisovanos surgieron y se extendieron por un área mucho más amplia. Esto cambia nuestra comprensión de cómo y dónde evolucionaron los primeros humanos.
Finalmente, los autores concluyen que su método de "fenotipado genético" es una forma poderosa de complementar la paleoantropología tradicional. No reemplaza el análisis de los fósiles, sino que proporciona una perspectiva completamente nueva y basada en la genética para guiar las investigaciones futuras. Este estudio no solo identifica posibles fósiles denisovanos, sino que también abre la puerta a una nueva era de descubrimientos sobre la evolución humana, utilizando la información de nuestro ADN para iluminar el pasado.
En resumen, este artículo establece un nuevo estándar en el campo. No solo propone respuestas a preguntas de larga data, sino que también crea un marco para futuras investigaciones. La combinación de la genética con la morfología de los fósiles permite a los investigadores formular y probar hipótesis de una manera que antes no era posible, lo que promete nuevos y emocionantes descubrimientos sobre nuestros parientes extintos.
Fuente:
N. Mishol, G. Herzlinger, Y. Rak, U. Smilanksy, L. Carmel, & D. Gokhman. (2025). Candidate Denisovan fossils identified through gene regulatory phenotyping, Proc. Natl. Acad. Sci. U.S.A. 122 (35) e2513968122, Disponible en:
https://doi.org/10.1073/pnas.2513968122