Los Australopitecos, es decir los monos del sur, constituyen un grupo de organismos ancestros de los humanos modernos, que abarcan un período muy amplio de tiempo, ya que existieron durante el Plioceno y el Pleistoceno temprano, un periodo que comprende desde unos 4,2 ma hasta unos 2 ma, fecha aproximada en la que se se han encontrado los fósiles más modernos. Todos los restos fósiles de Australopithecus se han encontrado en África, en lugares como Tanzania, Kenia, Etiopía, Chad y África del Sur. Casi todos éstos fósiles se encuentran en el África oriental y meridional, al este del valle del Rift, una enorme fractura de la corteza terrestre que se extiende desde Mozambique, a través de Malawi, por la región de los Grandes Lagos, el País de los Afar en Etiopía, el mar Rojo y llega hasta el mar Muerto, entre Israel y Jordania. Esta fractura iría separando los ecosistemas orientales, con ambientes cada vez más abiertos y habitados por homínidos, de los ecosistemas occidentales, forestales y húmedos y poblados por los antepasados de los chimpancés y gorilas.
En la actualidad, el grupo de los Australopitecos, incluye siete especies, todas ellas tienen más o menos en común el ser formas gráciles, es decir de contextura delgadas. Y como vimos en una capítulo anterior los Australopitecos de formas robustas, son consideradas un genero distinto, el género Paranthropus.
Igualmente en este capítulo vamos a considerar que tanto Homo habilis como H. rudolfensis son formas tempranas de nuestro género, el género humano o género Homo. Todas las especies eran bípedas, es decir que tenían la capacidad de andar erguidas sobre las extremidades inferiores. Tenían un cerebro pequeño, entre unos 430 a 550 cm3, semejante al de un chimpancé actual. Su altura oscilaba entre 1 y 1,25 m para las especies gráciles, alcanzándose 1,5 m en las especies robustas. Sus pesos oscilarían entre unos 30 a 45 kg. En todas las especies los Australopitecos machos eran de un tamaño significativamente mayor que el de las hembras, es decir que presentan dimorfismo sexual.
La aparición de los Australopitecos vino unida a un cambio de hábitat y de clima. Habitaron un territorio en mosaico de bosques y de sabanas arbustivas, mientras que y medios abiertos y secos, tipo sabana. Es precisamente durante el paso del bosque cerrado al medio abierto y seco, donde se produce la separación de los homínidos de los grandes simios. Estos cambios ambientales se observan a partir de las modificaciones dentarias para el tipo de alimentos nuevos que podían explotar en estos nuevos ambientes.
Los primeros Australopitecos, datan del África oriental con una cronología cercana a los 4,2 ma. A partir de ese momento el grupo se dispersa ampliamente por África oriental y meridional inclusive llegando hasta el mismo Chad. A pesar de que ninguno de los grupos normalmente aceptados como Australopithecus dio lugar a linajes actuales, es aceptado mas o menos de forma consensuada que ya el género Homo debió haberse originado de una especie de Australopithecus en algún momento entre hace 3 y 2 millones de años, especialmente a las especies y formas arcaicas de Homo habilis y H. ergaster, que llevan finalmente hasta el hombre moderno, H. sapiens.
El primer ejemplar de Australopithecus, el espécimen tipo, fue descrito por el anatomista australiano Raymond Dart, el fósil era de un niño de unos tres años al que luego se le conocido como el niño de Taung. Este fósil fue asignado a la especie Australopithecus africanus, en la revista Nature el día 7 febrero de 1925. Dart entendió que el fósil contenía una serie de características humanas pero también de otros homínidos más primitivos, por lo que llegó a la conclusión de que este se trataba de un antepasado humano primitivo, precisamente cuando se estaba en la búsqueda del eslabón perdido.
A la fecha de este grupo se han encontrado 7 especies que vamos a ver de manera general en el capítulo de hoy, para luego revisarlas más detalladamente en sus propios capítulos, dando así inicio a una saga evolutiva de las distintas especies de Australopithecus, que sin lugar a dudas, constituyen parte del camino evolutivo que ha recorrido nuestra especie, la especie humana, un camino que empezamos a andar una vez que nos separamos de la línea evolutiva que lleva a los chimpancés.
Música del capítulo
Manuel Riveiro Hermo – El final del camino – Banda sonora original serie RTVE
Chiptune Planet - Concrete Blonde - Joey / Chiptune Cover 8 bits
Concrete Blonde – Caroline
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